Cuando te duele mirar hacia atrás y te da miedo mirar adelante, mira hacia la izquierda o la derecha y allí estaré, a tu lado. Soy consciente que mucha gente entra y sale de tu vida a lo largo de los años, pero tenemos que tener en cuenta que solo los verdaderos amigos dejan huellas en el corazón. Dejé un lugar y me enlacé en otro encontrando a verdaderas personas con las que compartir mi tiempo, este tiempo de inmortalidad al lado de grandes amigos que conocí en otro lugar, en otra vida, en algo que dejé atrás y de lo que no añoro retomar. Un verdadero amigo es alguien que te conoce tal como eres, comprende dónde has estado, te acompaña en tus logros y tus fracasos, celebra tus alegrías, comparte tu dolor y jamás te juzga por tus errores. Es por eso por lo que al final, no nos acordaremos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos. Hay rostros de personas, momentos vividos, caminos y lugares, rasgos de escritos, que se fijan para siempre en nuestra memoria de una forma única y se hacen imborrables. Soy caminante errante y por conveniencia a mí existir en ocasiones olvido mi procedencia y otras veces ni siquiera pienso en el destino de mis pasos que van dejando huellas. Cuándo algo o alguien me proporciona felicidad me gusta apostar todo por nada, explorar y perderme en ese instante, ahora mismo mi mente y corazón conserva gratas huellas de esos paisajes de mi vida. Hoy que camine por esos antiguos caminos e hice un recuento de las huellas que he ido dejando y a la vez he ido recogiendo, son grandes tesoros. No importa lo grande o pequeñas que puedan ser, lo que realmente importa es saber que tú, ellos y, por que no todos nosotros de alguna manera hemos estado ahí. Gracias por tu amistad que deja su huella indeleble en mi corazón...

Hay momentos en la vida que son especiales por si solos. Visitar mi página hace que ese momento se convierta en inolvidable. Gracias por venir atisbar mi página. Ya que has llegado hasta aquí puedes dejarme un mensajito como donativo de sangre. Soy consciente que estamos en crisis y que no hay que derrochar pero unas palabras desde el corazón tampoco hace daño y no cuesta mucho. Recuerda siempre que el ánfora guarda siempre el aroma del primer vino que guardó.